viernes, 25 de febrero de 2011

Febrero se va

Se va otro mes, febrero el loco, con su segunda evaluación a cuestas. Se va con la despedida de Alejandra Félix porque se incorpora Carmen Oancea después de su baja maternal. Siempre cuesta decir "adiós" a un compañero que ha compartido con nosotros su quehacer diario. Siempre un profesor, una profesora deja una huella, porque nuestra profesión teje con jirones de alma, aunque en algún momento necesitamos esconderla, porque siempre está muy expuesta.
Quiero hablar de ser profesor.
Solo puedo deciros que es una aventura. Acompañamos a niños y jóvenes en un viaje, y en este viaje, en esta acompañamiento se producen las interacciones gracias a las que, casi mágicamente, se ajusta tantas veces el rumbo de su vida. ¿No es una experiencia compartida de todos nosotros, profesores, que nos ha gustado una determinada materia gracias a la pasión que nos ha transmitido otro? ¿No nos reflejamos en el profesor que hemos admirado más que en los tratados de pedagogía?
La pasión es el cincel con el que modelamos o forjamos los proyectos y las ilusiones de nuestros alumnos.
Un profesor sin esa emoción es un profesor anémico.
Hay un concepto que es el del salario emocional. Es lo que te impide que dosifiques la atención a un niño, a un joven, que se te acerca.
Y los padres de los alumnos, los votantes, los partidos políticos, todas las instituciones, toda toda la sociedad debe entender que prestigiar y mejorar esta profesión es mejorarse a sí mismo.

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